FINES FUNDACIONALES
El 18 de abril de 2004 se funda el Grupo Parroquial “Jesús Cautivo y María Santísima de la Trinidad” de Jaén. En el acta fundacional encontramos 5 principios fundamentales en los que se sustentará la futura Hermandad:
La formación, Juan Pablo II lo llama "compromiso": "El modo de realizar el fin general de la Iglesia exige una formación para vivir la comunión, la comunidad eclesial y, en concreto, en el marco de pertenencia a la Iglesia particular. El viejo empeño formativo de la Acción Católica se inserta con fuerza en el compromiso de formar para lo asociativo y comunitario".
En definitiva, “toda asociación de fieles en la Iglesia debe ser, por definición, educadora de la fe”.
La Iglesia y por ende cualquier grupo de ésta tiene la misión y la obligación de orientar la fe de los creyentes. No puede vivir aislada de la realidad social. Si la fe incide en todas las dimensiones de la vida humana, el servicio a la fe exige una enseñanza por parte de la Iglesia que llegue a todos los ámbitos de la persona y de la sociedad. Es decir, el mismo servicio a la fe exige la enseñanza social de la Iglesia.
La caridad, es el signo visible del amor de Dios a los hombres y de la presencia evangélica de su Iglesia.
El evangelio anuncia la cercanía del Reino de Dios; llama al seguimiento de Jesús, a participar en su misma vida. Pero todo esto implica una profunda conversión. En ella está comprometida toda la persona. La conversión que exige el evangelio abarca todas las dimensiones; también la vida social y la actividad económica.
La fe se manifiesta en la vida y en la praxis social. Sin obras, la fe está muerta. Está viva cuando ilumina e incide en todo el ser cristiano, en su múltiple actividad social, económica, política.
Nuestra obra se basará en los siguientes centros de referencia: la dignidad de la persona, el valor cristiano del amor, el compromiso por la justicia y la promoción del bien común.
La liturgia, es el culto oficial del Iglesia, es decir, el conjunto de símbolos, cantos y actos, por medio de los cuales la Iglesia expresa y pone de manifiesto su religión para con Dios.
Mediante la liturgia el hombre encuentra a Dios, es más, según el Concilio Vaticano II la liturgia es el medio por el que se ejerce la obra de nuestra redención.
Atendiendo a estas consideraciones, creemos que la liturgia debe ser el pilar fundamental que vertebre cualquier grupo cristiano.
El Grupo se verá identificado con los elementos esenciales de la identidad trinitaria:
Veneración a la Santísima Trinidad como Dios y como fundamento de su carisma redentor: el Padre que ama a los hombres y que, por el Espíritu, envía a su Hijo para redimirlos de sus cadenas, es el motor de toda redención para el hombre.
La Santísima Trinidad es fuente inagotable de la caridad y debe traducirse en el servicio a la redención y misericordia, basándonos así, en el siguiente lema: “Gloria a Ti Trinidad y a los Cautivos libertad”.
La vivencia de la Trinidad sintiendo la vocación trinitaria como llamada a ser signos del misterio del Dios cristiano dando testimonio personal y colectivo de que el Dios de Jesús es amor, libertad, comunión, Trinidad, el Dios de los hermanos en Cautividad.
Servicio a la liberación: escuchando las nuevas cautividades
La futura Hermandad debe ser activa, es decir, no sólo nos ocuparemos de organizar nuestros cultos y actividades, sino que pretendemos trabajar para y por la parroquia, en coordinación con los diferentes grupos que se integren en ella. Para ello contaremos con la ayuda de un guía espiritual, que será nuestro Párroco o Capellán. Él nos orientará en todas las cuestiones de la vida diaria: cultos, formación, caridad, necesidades de la parroquia, etc.
Vivimos en una sociedad en la que se ataca y cuestiona permanentemente nuestra Fe, acercándonos a un peligroso relativismo de valores morales y éticos. Por esta razón consideramos de vital importancia acercarnos a los más jóvenes para hacerles llegar la palabra de Dios en toda su extensión y con su verdadero significado.
Pensamos que nuestra acción puede ser necesaria e importante para el crecimiento y engrandecimiento de la zona de Santa Isabel y Peñamefécit, que al ser barrios de construcción relativamente moderna carecen de la importante aportación evangelizadora que supone una Hermandad o Cofradía.